Ser santo es seguir siendo
una persona normal y corriente,
que siente la insatisfacción
que produce una visión del mundo,
donde los hombres aceptan
como necesidad el tener mucho dinero.
Ser santo es sentir la preocupación
del desempleo, del paro, y solidarizarse
con quienes lo sufren para paliar su necesidad;
y trabajar para que los responsables
tengan una mentalidad menos lucrativa y más social.
Ser santo es ofrecer nuestra amistad
a quien se encuentra solo,
ser capaz de temblar cuando descubrimos
la incomunicación que nuestro mundo
masificado nos transmite,
y contagia a través de sus aparatos.
Ser santo es no aceptar la violencia
a la que nos lleva la competencia,
el odio que despierta en nosotros
la separación de los hombres con
barreras económicas, sociales,
religiosas, raciales, nacionales.
Ser santo es buscar la superación
de todas las situaciones negativas
que producen sufrimiento en los hombres.
Ser santo es saberse hijo de Dios,
llamar con la vida, no con la lengua,
a Dios como Padre, lo que significa
querer estrechar con los hombres
unos lazos mayores de hermandad para,
todos juntos, poder invocarlo como Padre.
Ser santo es vivir con la limpieza
de corazón suficiente, como para caminar
por la vida sin segundas intenciones,
ofreciendo sinceridad y confianza.
Ser Santo es decir SI a Dios con nuestra vida
y pedir al Cristo Santo que nos ilumine
con su santidad para que un día en el Cielo
alabemos todos juntos al Padre de la Vida.
Amen
martes, 22 de enero de 2008
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5 comentarios:
Magnífico hermanas, excelente y actualizado, muy bueno lo de ustedes, voy a agregarlas mis enlaces para leerlas en cuanto pueda...Dios les Bendiga.
Estos requisitos cumplidos los tienes nuestro Santo Padre Juan Pablo II que en Paz descanse.
Mis saludos cordiales.
Benedicto XVI nos dice: el cristiano ya es santo, porque el Bautismo lo une a Jesús.
¿verdad?
Alter ego
Si es muy cierto que Juan Pablo II tuvo esas cualidades, dio testimonio de ello hasta el ultimo momento.
También es cierto lo que dice Benedicto XVI, y creo que tenemos el deber y la responsabilidad de cultivar esa santidad, si no corremos el riesgo de debilitarla hasta que muere. Es como una plantita, si no se riega…..
Oscar
Muchas gracias por tu comentario, tambien te he agregado a mis enlaces. ¡Va creciendo la familia!
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