domingo, 21 de febrero de 2010

Cuaresma con los santos del Carmelo - 1er Domingo de Cuaresma - S Juan de la Cruz

Este es el tiempo favorable. Convertíos y creed en la Buena Noticia. Ha llegado el Reino de Dios.


PARA SER TENTADO (Mt 4,1)

Si las pruebas purificadoras del camino verifican mi amor por tí, entonces conoceré la íntima unión contigo.

¡Oh almas que queréis andar seguras y consoladas en las cosas del espíritu! Si supiéseis cuánto os conviene padecer sufriendo para venir a esa seguridad y consuelo, y cómo sin esto no se puede venir a lo que el alma desea, sino antes volver atrás, en ninguna manera buscariais consuelo ni de Dios ni de las criaturas; mas antes llevaríais la cruz, y, puestos en ella, querríais beber allí la hiel y vinagre puro (Jn 19, 29), y lo hariais a grande dicha, viendo cómo, muriendo así al mundo y a vosotros mismos, viviríais a Dios en deleites de espíritu y, si sufriendo con paciencia y fidelidad lo poco exterior, mereceríais que pusiese Dios los ojos en vosotros para purgaros y limpiaros más adentro por algunos trabajos espirituales más adentro, para daros bienes más adentro.

Porque muchos servicios han de haber hecho a Dios, y mucha paciencia y constancia han de haber tenido por él, y muy aceptos han de haber sido delante de él en su vida y obras a los que él hace tan señalada merced de tentarlos más adentro, para aventajarlos en dones y merecimientos, como leemos del santo Tobías (Tob 12, 13), a quien dijo san Rafael: Que, porque había sido acepto a Dios, le había hecho aquella merced de enviarle la tentación que le probase más, para engrandecerle más. Y así, todo lo que le quedó de vida después de aquella tentación, lo tuvo en gozo, como dice la Escritura divina (14, 4). Ni más ni menos vemos en el santo Job que, en aceptando que aceptó Dios sus obras delante de los espíritus buenos y malos, luego le hizo merced de enviarle aquellos duros trabajos para engrandecerle después mucho más, como hizo multiplicándoles los bienes en lo espiritual y temporal (Job 1, 2; 42, 12).

De la misma manera lo hace Dios con los que quiere aventajar según la ventaja principal, que los hace y deja tentar para levantarlos todo lo que puede ser, que es llegar a la unión con la sabiduría divina, la cual, como dice David (Sal 11, 7), es plata examinada con fuego, probada en la tierra, es a saber, de nuestra carne, y purgada siete veces, que es lo más que puede ser. Y no hay para qué detenernos más aquí en decir qué siete purgaciones sean éstas y cuál cada una de ellas para venir a esta sabiduría, y cómo las responden siete grados de amor en esta sabiduría, la cual todavía le es al alma como esta plata que dice David, aunque más unión en ella tenga; mas en la otra le será como oro.

Conviénele, pues, al alma mucho estar con grande paciencia y constancia en todas las tribulaciones y trabajos que la pusiere Dios de fuera y de dentro, espirituales y corporales, mayores y menores, tomándolo todo como de su mano para su bien y remedio, y no huyendo de ellos, pues son sanidad para ella, tomando en esto el consejo del Sabio (Ecle 10, 4), que dice: Si el espíritu del que tiene la potestad descendiere sobre ti, no desampares tu lugar (esto es, el lugar y puesto de tu probación, que es aquel trabajo que te envía); porque la curación dice hará cesar grandes pecados, esto es, cortarte ha las raíces de tus pecados e imperfecciones, que son los hábitos malos, porque el combate de los trabajos y aprietos y tentaciones paga los malos hábitos malos e imperfectos del alma y la purifica y fortalece. Por lo cual el alma ha de tener en mucho cuando Dios la envía trabajos interiores y exteriores, entendiendo que son muy pocos los que merecen ser consumados por pasiones, padeciendo a fin de tan alto estado.

(San Juan De La Cruz. Llama de amor viva, 2, 28-30)

Lo protegeré porque conoce mi nombre, me invocará y lo escucharé. Con él estaré en la ribulación, lo defenderé, lo glorificaré (Sl 90, 14-15)

1 comentario:

José Luis Carvajal dijo...

¡Qué bueno! Gracias por todo su Amor al Señor. Unidos en la oración. Besos.