La noche oscura de Sta. Teresa de Calcuta

San Juan de la Cruz es el creador del simbolismo La Noche, en su poesía "En una noche oscura". Nos habla de noche activa del sentido y del espíritu. El hombre debe mortificar los apetitos (caprichos) desordenados de su parte sensitiva y también purificar las tres potencias del alma: entendimiento, memoria y voluntad. Esto lo realiza por medio de las tres virtudes teologales, fe, esperanza y caridad. Esto lo hace el hombre con la ayuda normal de Dios. En las noches pasivas es Dios el que realiza esta obra purificadora, el hombre no hace nada por entrar, es Dios quien lo mete. San Juan es genial en la descripción de la purificación pasiva del espíritu.

No hay que extrañarse de que la Madre Teresa de Calcuta haya vivido esa purificación, todo lo contrario, eso indica que Ella quería llegar a la cumbre de la santidad.

Escuchemos a San Juan de la Cruz. Dios "embiste a fin de cocerla (purgarla) y renovada para hacerla divina, desnudándola de las aficiones... de hombre viejo... porque en este sepulcro de oscura muerte le conviene estar para la espiritual resurrección. Porque verdaderamente, cuando esta contemplación purgativa aprieta, sombra de muerte y gemidos de muerte y dolores de infierno siente el alma muy a lo vivo, que consiste en verse sin Dios, y castigada y arrojada, e indigna de El, y que está enojado, que todo se siente aquí; y más, que le parece que ya es para siempre." (2 Noche, 6) Dios le quita todos los apoyos humanos, pero lo interesante es que, en esta oscuridad, el alma por nada del mundo cometería el más pequeño pecado. Es un amor cualificado.

Esta misma experiencia nos la cuenta Santa Teresa de Jesús en el c. 1º de la sextas Moradas. Y también Santa Teresita del Niño Jesús, en su Historia de un Alma nos describe esa experiencia de muerte. "Permitió (Dios) que mi alma se viese invadida por las más densas tinieblas, y que el pensamiento del cielo, tan dulce para mí, no fuese ya mas que un motivo de combate y de tormento… Esta prueba no debía durar sólo algunos días, algunas semanas, sino que había de prolongarse hasta la hora marcada por Dios, y esa hora no ha sonado todavía… Las tinieblas me dicen burlándose de mí "Sueñas con una luz, con una patria aromada de los más suaves perfumes. Sueñas con la posesión eterna del Creador... ¡Adelante! ¡Adelante! Gózate de la muerte, que te dará, no lo que tú esperas, sino una noche más profunda todavía, la noche de la nada… esto no es ya un velo para mí, es un muro que se alza hasta los cielos y cubre el firmamento estrellado.

Teresa de Calcuta, en medio de estas oscuridades, siguió con su misión de amar a los pobres y ese es el amor cualificado. Quien no entiende esto, no conoce los caminos por donde Dios conduce a sus elegidos.

Fray Pascual Bertrán