Al final del encuentro de Londrina, a partir de las reflexiones del documento de Aparecida, fueron definidas algunas "conclusiones operativas". Estas conclusiones consisten en orientaciones o prioridades establecidas para el camino de los carmelitas en América Latina a lo largo de los próximos dos años. A continuación están las conclusiones.
Al término de estos días de convivencia fraterna, de búsqueda y discernimiento del paso del Señor por nuestra historia carmelitana y latinoamericana y caribeña, hemos sacado unas pocas conclusiones operativas que nos recuerden los compromisos que debemos asumir si queremos que este congreso no se quede en letra muerta. Tocará a cada circunscripción buscar los medios más conducentes para transformar en vida estas decisiones a las que llegamos.
1. Los superiores de las diversas CICLAs, inmediatamente después de los capítulos de las circunscripciones, en diálogo con los Consejos de la Asociaciones y Federaciones y la Orden seglar, nombrarán un grupo de frailes, monjas y laicos para que juntos busquen la forma de presentar en forma inteligible para el hombre y la mujer latinoamericanos (CDs, folletos, trípticos...) la experiencia y doctrina de nuestros santos que permitan practicar una mistagogía eficaz. Las diversas CICLAs compartirán los materiales que preparen.
2. Nuestras comunidades buscarán ser comunidades acogedoras y dialogantes para transformarse en espacios de fraternidad que den un nuevo rostro a la Iglesia y a la familia del Carmelo. Para ello ofrecerán a los fieles la posibilidad de orar con la comunidad y prepararán un material adecuado.
3. Nuestras comunidades serán espacios de irradiación y pedagogía
de una oración contemplativa que sea escucha de Dios para comprometerse con los hermanos/as, donde se vivan verdaderas experiencias de Dios para que, “viviéndolo”, podamos comunicarlo.
4. Las comunidades buscarán en un discernimiento hecho junto con los laicos la forma de ser creativos para ser signos en una iglesia atractiva y fascinante, que muestre a quienes viven excluidos y marginados (DA 65), la cercanía de un Dios amigo y el compromiso de un amor con dimensión social.
5. Procuraremos propiciar en nuestras comunidades carmelitas en todas sus expresiones: frailes y monjas, fraternidades de la Orden seglar e Institutos afiliados, un ambiente propicio para renovar nuestra vida y enriquecernos mutuamente en la vivencia del carisma y la espiritualidad del Carmelo. Además, estaremos abiertos a laicos que quieran compartir la vida del Carmelo. Hay que recibirlos como un don, un desafío y un espejo del carisma común.
6. En las diversas circunscripciones se organizarán cursos y jornadas para todos los miembros de la familia del Carmelo para profundizar en los grandes desafíos de Aparecida que nos permitan encarnarnos como carmelitas en el momento actual de la Iglesia latino-amaericana.
7. Que nuestras comunidades reflexionen, a la luz de Aparecida, sobre el papel de María como modelo de discipulado y misionaridad, para que el Carmelo, siguiendo las indicaciones del Documento, pueda renovar las devociones marianas carmelitanas en América Latina.
8. Las CICLAs, en diálogo y colaboración con los diferentes grupos de la familia del Carmelo, evaluarán periódicamente la puesta en práctica de estas conclusiones y acompañarán las iniciativas que vayan surgiendo a partir de ellas.
FUENTE Centro Carmelitano Castelo Interior
Al término de estos días de convivencia fraterna, de búsqueda y discernimiento del paso del Señor por nuestra historia carmelitana y latinoamericana y caribeña, hemos sacado unas pocas conclusiones operativas que nos recuerden los compromisos que debemos asumir si queremos que este congreso no se quede en letra muerta. Tocará a cada circunscripción buscar los medios más conducentes para transformar en vida estas decisiones a las que llegamos.
1. Los superiores de las diversas CICLAs, inmediatamente después de los capítulos de las circunscripciones, en diálogo con los Consejos de la Asociaciones y Federaciones y la Orden seglar, nombrarán un grupo de frailes, monjas y laicos para que juntos busquen la forma de presentar en forma inteligible para el hombre y la mujer latinoamericanos (CDs, folletos, trípticos...) la experiencia y doctrina de nuestros santos que permitan practicar una mistagogía eficaz. Las diversas CICLAs compartirán los materiales que preparen.
2. Nuestras comunidades buscarán ser comunidades acogedoras y dialogantes para transformarse en espacios de fraternidad que den un nuevo rostro a la Iglesia y a la familia del Carmelo. Para ello ofrecerán a los fieles la posibilidad de orar con la comunidad y prepararán un material adecuado.
3. Nuestras comunidades serán espacios de irradiación y pedagogía
de una oración contemplativa que sea escucha de Dios para comprometerse con los hermanos/as, donde se vivan verdaderas experiencias de Dios para que, “viviéndolo”, podamos comunicarlo.
4. Las comunidades buscarán en un discernimiento hecho junto con los laicos la forma de ser creativos para ser signos en una iglesia atractiva y fascinante, que muestre a quienes viven excluidos y marginados (DA 65), la cercanía de un Dios amigo y el compromiso de un amor con dimensión social.
5. Procuraremos propiciar en nuestras comunidades carmelitas en todas sus expresiones: frailes y monjas, fraternidades de la Orden seglar e Institutos afiliados, un ambiente propicio para renovar nuestra vida y enriquecernos mutuamente en la vivencia del carisma y la espiritualidad del Carmelo. Además, estaremos abiertos a laicos que quieran compartir la vida del Carmelo. Hay que recibirlos como un don, un desafío y un espejo del carisma común.
6. En las diversas circunscripciones se organizarán cursos y jornadas para todos los miembros de la familia del Carmelo para profundizar en los grandes desafíos de Aparecida que nos permitan encarnarnos como carmelitas en el momento actual de la Iglesia latino-amaericana.
7. Que nuestras comunidades reflexionen, a la luz de Aparecida, sobre el papel de María como modelo de discipulado y misionaridad, para que el Carmelo, siguiendo las indicaciones del Documento, pueda renovar las devociones marianas carmelitanas en América Latina.
8. Las CICLAs, en diálogo y colaboración con los diferentes grupos de la familia del Carmelo, evaluarán periódicamente la puesta en práctica de estas conclusiones y acompañarán las iniciativas que vayan surgiendo a partir de ellas.
FUENTE Centro Carmelitano Castelo Interior
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