QUIEN QUIERA VENIR DETRÁS DE MÍ (Lc 9,23)
Escondido a mis ojos de carne,
te descubro en el amor;
pero es de noche.
Sin arrimo y con arrimo,
sin luz y a oscuras viviendo,
todo me voy consumiendo.
Mi alma está desasida
de toda cosa criada,
y sobre sí levantada,
y en una sabrosa vida
sólo en su Dios arrimada.
por eso ya se dirá
la cosa que más estimo,
que mi alma se ve ya
sin arrimo y con arrimo.
Y, aunque tinieblas padezco
en esta vida mortal,
no es tan crecido mi mal,
porque, si de luz carezco,
tengo vida celestial;
porque el amor da tal vida,
cuando más ciego va siendo,
que tiene el alma rendida,
sin luz y a oscuras viviendo.
Hace tal obra el amor
después que le conocí,
que, si hay bien o mal en mí,
todo lo hace de un saber,
y al alma transforma en sí;
y así, en su llama sabrosa,
la cual en mí estoy sintiendo,
apriesa, sin quedar cosa,
todo me voy consumiendo.
(San Juan De La Cruz. Poema 11. Obras Completas, p. 78)
No hay comentarios:
Publicar un comentario