domingo, 13 de enero de 2008

Delicadeza y Gratitud

A Santa Teresa de Jesús no la solemos presentar, delicada y agradecida; siempre admiramos más su fortaleza y su grandeza de alma, sin embargo, su vida tiene mucho qué decirnos de estos valores.

Soy de natural agradecida...
Ha quedado constancia de ello en varias ocasiones. En una carta dirigida a su hermana y amiga María de San José le dice: "Bien veo que no es perfección en mí, esto que tengo de ser agradecida, debe ser natural, porque con una sardina que me den me sobornarán" (Cta 245)

Su agradecimiento llegaba a todo... Inés de Jesús guardó también una confesión de la santa: Iban de camino, llevaban muchas horas y sentían que el sol atravesaba la carreta en que viajaban. Al fin llegaron a un pueblito. Venían con mucha sed. Un buen hombre de campo, al verlas, les ofreció un jarro de agua fresca». Teresa le dijo a Inés recordando aquel episodio: "Desde aquel día, hasta el presente que se lo cuento, ningún día he dejado de hacer oración suplicando a Dios que le pagara al buen labrador aquel beneficio."

También nos dice en el Libro de su Vida que la delicadez es como las pajitas con que se anima el fuego del amor, cuando no podemos conseguir leña. (Es decir, obras grandes, o cosas pequeñas) Siendo hechas por Dios El, les da peso y ayuda para cosas mayores.

Ella nos narra que, sin que se dieran cuenta, recogía todos los mantos de las hermanas. A ella le parecía que las servía así en algo. Si alguna vez se enteraba sentía vergüenza.


fuente:Teresa una mujer para la mujer de hoy

1 comentario:

alter-ego dijo...

Hola Hermanas mis saludos cordiales he visto vuestro link en blogscatolicos y he aprovechado para ver vuestro blog,me gusta como lo teneís.
Que Dios os guarde por muchos años.