lunes, 10 de diciembre de 2007

SALMO DE ADVIENTO


Tú, Dios del tiempo nos tienes esperando.
Quieres que esperemos el momento
justo para descubrir quienes somos, dónde debemos ir,
quienes nos esperan a nosotras y qué debemos hacer.
Gracias... por el tiempo que nos concedes para esperar.

Tú, Dios de los espacios nos tienes mirando. Quieres que miremos en lugares buenos y en lugares inciertos para ver si hay señales de esperanza y gente desesperanzada. Para ver si hay señales de un mundo mejor que puede brotar. Gracias... por el tiempo que nos concedes para mirar.

Tú, Dios y Amor, nos tienes amando. Quieres que seamos como Tú: que amemos a las personas que no tienen amor, a las que son imposibles de amar, que amemos sin celos ni amenazas, y, lo más difícil de todo que nos amemos a nosotras mismas. Gracias... por el tiempo que nos concedes para amar.

Y en todo esto nos guardas. Ante las preguntas difíciles que no tienen
respuestas fáciles, cuando fracasamos allí donde esperábamos triunfar, cuando nos aprecian allí donde nos sentimos inútiles. Y, pacientes, soñadores y amando, con Jesús y su Espíritu Tú nos guardas.
Gracias... por el tiempo que nos concedes para aguardar.

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