lunes, 22 de diciembre de 2008

Ante el misterio de Navidad

"Porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su hijo unigénito para que todo aquel que en el cree no se pierda más tenga la VIDA ETERNA." ~Juan 3:16~



Asombro y ternura

Dos palabras me parecen inevitables siempre que se habla de la Navidad: asombro y locura. Asombro por parte de nosotros, los creyentes. Locura, por parte de Dios. Dos palabras que van más allá de la simple ternura.

Porque tal vez hayamos reblandecido la Navidad a base de ternurismos. La sonrisa, la ingenuidad, la ternura, son partes inevitables de la Navidad. Pero la Navidad, que es eso, es también mucho más. Buenos son los turrones, los champagnes, las serpentinas y los nacimientos. Buenos, siempre que no se queden en frivolidad superficial y en simple ternurismo.
Porque la Navidad es un tiempo dulcísimo, pero también tremendo, como tremendo es eso de que Dios se haga uno entre nosotros, que Dios haya querido no sólo parecerse, sino ser también un bebé.

Hay un verso de Góngora que a mí me impresiona siempre y en el que el poeta defiende que el día de Belén es más importante que el del Calvario, porque, dice el poeta: «hay mayor distancia de Dios a hombre, que de hombre a muerto».

Efectivamente, el gran salto de Dios se produjo en Belén, su gran descenso hacia nosotros. Y nuestra gran subida. Porque «si Dios se ha hecho hombre, ser hombre es la cosa más grande que se puede ser». Por eso decía al principio que la gran locura de Dios se produjo este día en el que se atrevió a hacerse tan pequeño como una de sus criaturas. Locura a la que los hombres deberíamos responder con ese asombro interminable de quienes vivieron casi asustados de la tremenda bondad de Dios.

De ahí que la mejor manera de celebrar la Navidad sea volverse niños. A la locura de Dios los hombres sólo podemos responder con un poco de esa locura bendita y pequeña que es hacernos niños. Al portal de Belén sólo se puede llegar de dos maneras: o teniendo la pureza de los niños, o la humildad de quienes se atreven a inclinarse ante Dios. Es lógico, por lo demás: Si Dios se hizo pequeñito para llegar hasta nosotros, ¿cómo podríamos llegar nosotros hasta Él sin volvernos también pequeñitos?


Autor: Padre José Luis Martín Descalzo

5 comentarios:

marylua dijo...

Que gran verdad!
Por eso no existe la posibilidad de poder ofrecer un regalo mas digno al creador del universo que nosotros mismos.
ser jesus,
vivir como jesus,
pensar como jesus.
ser el reflejo de su hijo amado...
ser como ninos y abandonarnos a la voluntad del padre celestial...
ser como su hijo que lo amor asta la locura de entregar su vida por salvar esa creacion que tanto ama su padre celestial,
nuestro dios de amor..
la mejor navidad se encuantra en lo mas intimo de nuestro ser..
es el encuentro de mi alma con su creador.
es decirle estoy aqui, presente junto a ti porque tu eres mi Dios mi Padre mi todo..
gracias madre de mi senor jesus por hacer realidad esta bendicion ,
gracias madre por tu fiat,
gracias por tu amor incodicional. gracias san jose protector de mi vida y mi familia.
gracias por su silencio y humildad.
que esta navidad me conceda la gracia de entregarle ami amado jesus un alma limpia
llena de gracia,pureza y castidad..
asi sea..
mary

Daniel Mercado dijo...

Bella reflexión y muy oportuna, gracias por compartirla.
Un abrazo en estas fechas tan especiales y llenas de esperanza.

José Pineda dijo...

HOLA
LA VERDAD ES QUE HEMOS PERDIDO LA CAPACIDAD DE ASOMBRARNOS...PARA ESO ES LA NAVIDAD...VIVAMOS LA TERNURA DEL NIÑO DIOS QUE SE ACERCA A NOSOTROS PARA AMARNOS...

UN ABRAZO Y MI BENDICIÓN

Magicomundodecolores dijo...

Ciertamente:Dios estaba loco, pero loco de amor por sus creaturas. Por eso debemos comportarnos un poco como locos y hacernos pequeños.El amor y la locura han ido siempre parejos,casi todos los grandes santos describieron su amor por Dios así: como una gran locura. Pero mayor fue la suya:envió a su hijo y lo sigue enviando. Espero abrir mi corazón para llenarlo de Él en estos días, apertrecharme bien, que me sobre y alcance para todo el año venidero, para ser mejor y corresponderle como Él quiere. Y espero ser apostol de su amor, que otros le imiten porque yo se los presente.Eso pido para mí.
Que tengas una bonita Navidad rodeada por tu familia y amigos y, si ellos no estan, rodeada por el amor de Dios.

DE LA MANO DE TERESA DE JESUS dijo...

Gracias por tu hermoso compartir Marylua.
Feliz Navidad Daniel para vos y tus seres queridos.
Hola P Jose, que Dios lo siga bendiciendo en su ministerio.
Maricela, que el Niño Jesus te regale todo lo que andas necesitando.
Un abrazo y seguimos unidos en la oracion, Teresa