domingo, 15 de junio de 2008

La sensibilidad de Edith Stein

Conocemos la cronología de su vida,. Judía, alemana, destacó desde temprana edad por sus dotes intelectuales, se doctoró en filosofía (discípula de Husserl y de su escuela fenomenológica), agnóstica, se convirtió al catolicismo en febrero de 1922, en octubre de 1933 entró en el Monasterio de las Carmelitas Descalzas de Colonia y muere el 9 de agosto de 1942 en las cámaras de gas de Auschwitz (como miles y millones otros).

Teresa Benedicta de la Cruz, este fue el nombre elegido por ella cuando entró en el convento de las Carmelitas Descalzas; fue canonizada por Juan Pablo II el 11 de octubre de 1998. Hoy es copatrona de Europa junto a Santa Catalina y Santa Brígida

Hay un hecho significativo que nos indica su sensibilidad ante lo sencillo y ordinario de la vida. En una ocasión, después de recorrer el casco viejo de Francfort, rememorando con su amiga Pauline lo que acerca de esa ciudad cuenta Goethe en sus Pensamientos y recuerdos, entraron unos minutos en la catedral. Allí presenció algo que le llamó poderosamente la atención.
Así lo narra ella misma: “Entramos unos minutos en la catedral. Mientras estábamos allí en respetuoso silencio, entró una señora con un cesto del mercado y se arrodilló profundamente en un banco para hacer una breve oración. Esto fue para mí algo totalmente nuevo. En las sinagogas y en las iglesias protestantes, a las que había ido, se iba solamente para los oficios religiosos. Pero aquí llegaba cualquiera en medio de los trabajos diarios a la iglesia vacía como para un diálogo confidencial. Esto no lo he podido olvidar”.

Aquella experiencia en la vieja catedral de Francfort no había sido su primer contacto con la fe católica. Edith recordaba otra ocasión anterior: una mañana en la cual, tras haber pernoctado con una amiga en una granja de montaña, pudo contemplar cómo el granjero, católico practicante, rezaba con sus trabajadores y los saludaba cordialmente antes de comenzar la jornada.

Desde esta sencillez Edith Stein nos ofrece pistas concretas para el hombre y la mujer de hoy. Estamos muy ocupados, la prisa y la aceleración de la vida nos invade. No tenemos tiempo para orar. Nos decimos: “¿Cómo puedo sobrellevar tantas cosas en un sólo día?” “¿Cuándo podré hacer esto o aquello?” “¿Cómo puedo solucionar tal o cual problema?” Pero lo realmente importante es no dejarse turbar en esos momentos de agobio. “Mi primera hora de la mañana le pertenece al Señor. Hoy quiero ocuparme de las obras que el Señor quiere encomendarme y El me dará fuerza para realizarlas”, dice la santa en Los caminos del silencio interior.

"Mientras más oscuro se va haciendo alrededor nuestro,más debemos abrir nuestros corazones a la luz que viene de lo alto"

4 comentarios:

alter-ego dijo...

Hola hermanas,el "jefe" de mi mujer es judio y se apellida Stein era familia de los que estaban en el campo de concentración.

Le preguntaré si hay alguna relación con la Hermana Stein.
Mis saludos cordiales.

Maria dijo...

hola mi nombre Es maria pero mis amigos me llaman aqui Emily,es hermoso encontrar estos sitios tan llenos de carisma cristianoa y tan bellos textos sobre tan sencillas almas sumidas en el mismo ardor de amor del paraiso en la tierra.
las saludo cordialmente desde Argentina,dios las guarde, bendiga y proteja.
cuando deseen pasense por mi blog^^

jesusmr dijo...

tengo amigos que han estudiado a Edith Stein, su obra en lo que he visto es maravillosa.
Su ejemplo resulta un imperativo para la mujer del día de hoy, y su aroma de santidad espero que se impregne un tantito en mí.

DE LA MANO DE TERESA DE JESUS dijo...

Alter: Seria grandioso si fueran familia y poder conocer mas de ella.

Hola Emili, Gracias por pasar por aca. Estaremos pasando por tu blog, gracias por la invitacion.

Jesusmr, espero que se nos impregne a nosotras tambien. Ha sido una mujer grandiosa, un poco dificil de leer ya que es filosofa, pero apasionante.

Una Bendicion para los tres.