miércoles, 26 de marzo de 2008

II MORADA - ESCUCHANDO SUS LLAMADAS

II PARTE (I parte publicada el 14 de marzo)

CUENTO:

- Todo el mundo entiende las cruzadas –dijo el rey- pero muy pocos comprenden la Verdad.

- Sí – asintió el caballero-. Yo mismo no estaría en este Sendero si no estuviera atrapado en esta armadura.

- La mayoría de la gente está atrapada en su armadura –declaró el rey.

- ¿Qué queréis decir? – preguntó el caballero.

- Ponemos barreras para protegernos de quienes creemos que somos. Luego un día quedamos atrapados tras las barreras y ya no podemos salir.

- Nunca pensé que vos estuvierais atrapado rey. Sois tan sabio… dijo el caballero.

El rey soltó una carcajada.

- Soy lo suficientemente sabio como para saber cuándo estoy atrapado, y también para regresar aquí para aprender más de mí mismo.

El caballero estaba entusiasmado, pensando que quizás el rey podría mostrarle el camino.

- Decidmedijo el caballero, su rostro iluminado-, ¿podríamos atravesar el castillo juntos? Así no sería tan solitario…

El rey negó con la cabeza.

- Una vez lo intenté. Es verdad que mis compañeros y yo no nos sentíamos solos porque hablábamos constantemente, pero cuando uno habla es imposible ver la puerta de salida de esta habitación.

- Quizá podríamos limitarnos a caminar juntos, sin hablarsugirió el caballero. No le apetecía mucho tener que caminar solo por el Castillo del Silencio.

El rey volvió a negar con la cabeza, esta vez con más fuerza.

- No, también lo intenté. Hizo que el vacío fuera menos doloroso, pero tampoco pude ver la puerta de salida.

El caballero protestó.

- Pero si no estabais hablando.

- Permanecer en silencio es algo más que no hablar –dijo el rey-. Descubrí que, cuando estaba con alguien, mostraba sólo mi mejor imagen. No dejaba caer mis barreras, de manera que ni yo ni la otra persona podíamos ver lo que yo intentaba esconder.

- No lo captodijo el caballero.

- Lo comprenderéis – replicó el rey- cuando hayáis permanecido aquí el tiempo suficiente. Uno debe estar solo para poder dejar caer su armadura.

El caballero estaba desesperado.

- ¡No quiero quedarme aquí solo!exclamó, golpeando el suelo con el pie, y dejándolo caer involuntariamente sobre el pie del rey.

- Comprendo que no queráis quedaros solo en el castillo. Yo tampoco lo deseaba las primeras veces que estuve aquí, pero ahora me doy cuenta de que lo que uno ha de hacer aquí, lo ha de hacer solo. Dicho esto, se alejó, al tiempo que decía-: Ahora debo irme.

Perplejo, el caballero preguntó:

- ¿Adónde vais? La puerta está por aquí.

- Esa puerta es sólo de entrada. La puerta que lleva a la siguiente habitación está en la pared más lejana. La vi, por fin, cuando vos entrabais –dijo el rey.
- ¿Qué queréis decir que por fin la visteis? ¿No recordabais dónde estaba, de las otras veces que estuvisteis aquí?preguntó el caballero, sin comprender por qué el rey continuaba viniendo.

- Uno nunca acaba de viajar por el Sendero de la Verdad. Cada vez que vengo, a medida que voy comprendiendo cada vez más, encuentro nuevas puertas. –El rey se despidió con la mano-.Trataos bien, amigo mío.

- ¡Aguardad, por favor!le suplicaba el caballero.

El rey se volvió y le miro con compasión.

- ¿Sí?

El caballero, que no podía hacer que tambalease la resolución del rey, pidió:

- ¿Hay algún consejo que me podáis dar antes de iros?

El rey lo pensó un momento, luego respondió:

- Esto es un nuevo tipo de cruzada para vos, querido caballero: una que requiere más coraje que todas las otras batallas que habéis conocido antes. Si lográis reunir las fuerzas necesarias y quedaros para hacer lo que tenéis que hacer aquí será vuestra mayor victoria.

Dicho esto, el rey se giró y, estirando el brazo como para abrir una puerta, desapareció en la pared, dejando perplejo al caballero.

Reflexion

El que ha entrado en este castillo está peor que antes porque habiendo empezado a oír las llamadas del Señor, es decir, habiendo empezado a conocer la diferencia entre el bien y el mal se ve imposibilitado a actuar como debería, pero Dios sabe esperar porque tiene en tanto que le queramos.

La gran batalla es contra la idolatría es decir la estima de las cosas como si fueran bienes eternos y fuente de vida. Es la reducción del Dios vivo a un ídolo.

Ahora nos introduciremos en la segunda morada donde hay llamada de Dios y lucha interior. Su voz se hace más clara ya que al estar más cerca de Él, podemos oírle mejor, pero el responderle implica lucha. El fin de esta lucha es conseguir la paz y el equilibrio interior.

2 comentarios:

JOTA dijo...

Gracias por su visita, FELIZ PASCUA... aprovecho de hacerle una pregunta... estaba leyendo camino de perfección y moradas... pero a veces el lenguaje y los ejemplos a mí me distraen existe alguna sintesis o un libro que introduzca a estos textos

DE LA MANO DE TERESA DE JESUS dijo...

Hola

Gracias a Dios tenemos al Padre Jesus Marti Ballester, escritor místico, especialista en obras Santa Teresa de Jesús y Juan de la Cruz. Ayuda mucho a entender. Tiene una pagina web con muchos articulos la pagina es:
www.jmarti.ciberia.es

Espero que te sirva.

Un abrazo, Teresa