La Navidad es para el cristiano una de las principales celebraciones de su fe. En ella encuentra una de las más grandes manifestaciones del amor de Dios por los seres humanos, al querer que en su Hijo se unieran la naturaleza divina y nuestra naturaleza.
¡Qué grande fiesta la del nacimiento de Ntro. Salvador! Siempre la celebramos con regocijo. Se renueva por nuestro amor y se continúa en la Eucaristía. Entre Belén y el cenáculo hay relaciones inseparables que se completan mutuamente.
Que en esta Navidad descubramos la relación que hay entre el Belén histórico y la Eucaristía para sacar de ella, la Luz y la Vida que las familias necesitan, a fin de que brille la esperanza y el amor, que llenan de alegría y paz a quien espera atento la venida de su amado amigo y Señor.
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