sábado, 23 de febrero de 2008

Oramos con el CAMINO

Juntos andemos, Señor, por donde vayas tengo que ir, por donde pases tengo que pasar. Sta Teresa (C.26,6)

- El camino, qué significa para mí, qué sentimientos me evoca.
- Qué me sugiere, piedras, tierra, polvo, flores, hierbas marchitas, aplastadas, gente, huellas, pisadas.
- De qué me habla, de trabajo, esfuerzo, cansancio, sudor, lágrimas, desaliento, constancia, determinación.
- El camino es compañía... amistad... soledad... búsqueda... realización...
- ¿Cómo se siente mi corazón ante estas realidades?
- ¿Soy consciente de que estoy en camino, me "vivo" en camino...?
- El camino es, me recuerda, me dice, me proporciona, me ayuda.
- Quiero sentirme PEREGRINO...

La Biblia es una historia de salvación, de amor, que se desarrolla "en marcha" . Recordemos a Abraham, el eterno viajero, al pueblo de Israel en busca de la Tierra Prometida, JESÚS, caminante de la Buena Noticia, Él mismo es el Camino, María es Peregrina de la Fe... La Iglesia se denomina Pueblo de Dios en marcha...

En todos los Evangelios se puede seguir el itinerario peregrinante de Jesús. Del Evangelio de Marcos vamos a extraer unos pequeños fragmentos de este camino que, en Jesús, siempre es posibilidad de hacer el bien.

El Cap. 1 comienza ya "en camino": "Ahora mando a mi mensajero delante de ti, para prepararte el camino. Escuchen ese grito en el desierto: PREPAREN EL CAMINO DEL SEÑOR, ENDERECEN SUS SENDAS..."

Mc.1,9, Jesús viene a ser bautizado, y es empujado por el Espíritu al desierto, (Mc. 1,12). Viene a Galilea a predicar, (Mc.1,14); camina junto al mar y va llamando a sus discípulos, (Mc.1,16); de madrugada se va a un lugar solitario a ORAR, (Mc.1,35); camina por los sembrados con sus discípulos, (Mc.2,23); Jesús va predicando por todos los pueblos, (Mc.6,7), Y, sobre todo, mucha gente se le acerca cuando va de camino, y quedan curados.

Y Jesús camina hacia la Pasión: del huerto de los Olivos a casa de Caifás (Mt.26,57); lo llevan ante Pilato (Mt.27,2); ante Herodes (Lc.23,7); a Pilato de nuevo (Lc.23,11); por fin hacia el Calvario con la Cruz de la Salvación (Lc.23,26).

Otros textos bíblicos:

-"Los llevó por camino derecho para llegar a la ciudad habitada" (Salmo, 106, 7)
-"Afirma mis pies en tus caminos, para que mis pasos no vacilen" (Salmo 16, 5)
-"Dirige ante tu mirada mi camino" (Salmo 5, 9)
-"Nos visitará... para enderezar nuestros pies por el camino de la paz" (Lc. 1, 78-79)
-"Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida" (Jn. 14, 6)
-"Vayan a los caminos e invitad a las bodas" (Mt. 22, 9)

El buen samaritano. Lectura: Lc. 10, 30-35

Jesús dijo: "Bajó un hombre de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de bandidos que lo despojaron de todo y se fueron después de haberlo molido a golpes, dejándolo medio muerto. Por casualidad bajaba por ese camino un sacerdote, quien al verlo pasó por el otro lado de la carretera y siguió de largo. Lo mismo hizo un levita que llegó a ese lugar: lo vio, tomó el otro lado del camino y pasó de largo. Pero llegó cerca de él un samaritano que iba de viaje, lo vio y se compadeció. Se le acercó, curó sus heridas con aceite y vino y se las vendó. Después lo puso en el mismo animal que él montaba, lo condujo a un hotel y se encargó de cuidarlo. Al día siguiente, sacó dos monedas y se las dio al hotelero, diciéndole: "Cuídalo. Lo que gastes de más, yo te lo pagaré a mi vuelta".

Reflexión

Se trata de un mismo camino, un mismo hecho, una misma necesidad, sólo un samaritano aprovecha la oportunidad para hacer el bien. La parábola termina diciendo: "Ve y haz tú lo mismo". Esta es la enseñanza. Para esto es el camino.

Reflexionemos poniéndonos en lugar de cada uno de los personajes, que suscite en nosotros sentimientos más que pensamientos.

Hagamos memoria de momentos concretos en los que nos hemos podido ver así. Pongamos nombre a los personajes, a los sentimientos.

¿Cuántas veces en mi camino he dejado de hacer el bien? ¿Cuántas veces mi camino no ha sido de verdad, de bien, honestidad, transparencia,? ¿Cuántas veces mi camino me ha servido para HACER EL BIEN?. Poder hacer el BIEN es obra del Espíritu. Hay que estar muy junto al Señor para andar este camino dejando huellas de amor.
Fuente: CIPECAR

3 comentarios:

José Ignacio Lacucebe dijo...

Me agrada esta parábola.
Sobre ella creo que muchas actitudes estan envueltas en prejuicios.
El sacerdote y el escriba puede ser que no quisieron contaminarse con la sangre vertida. Supengo que recuerdas que en aquella época la sangre era uno de los elementos de impureza.
Sobre nuestra vida, incluso en la mia, creo que los prejuicios nos afectan. Una persona con pocos recursos que esta sentado en la calle y nos mira solicitando una ayuda cuesta de devolver la mirada y más cuando el sentimiento social es que va a mal utilizar los recursos dados.
Una persona que no es de nuestra raza y que por motivos varios viven cerca de nuestra casa, intentamos apartarnos, aunque que sea un poquito.
Un accidente de coche con posibles muertos o heridos se puede convertir en un mal rrollo que nos va a hacer perder tiempo.
Intento ser lo más solidario posible, pero muchas vedes spu víctima de los prejuicios.
UN abrazo.

DE LA MANO DE TERESA DE JESUS dijo...

Es tan cierto eso, hay un cuentito de un monje Benedictino Argentino, Mamerto Menapace, titulado -Los anteojos de Dios- que como dice el titulo, no nos ponemos sus anteojo, o no miramos a los demas con sus ojos, su mirada. No nos permitimos ser tocados al corazon, no nos damos tiempo de ver como, decia la Madre Teresa, a Cristo en ese samaritano de hoy.

Como a vos creo que nos pasa a todos, tenemos miedo de contagiarnos algo, de perder tiempo, de que nuestro dinero sea malgastado. Quiza nos acercamos pero como vos decis, seguimos contagiados aunque sea un poco de esos prejuicios, vida apurada, escapando a supuestos problemas si te involucras etc. etc.

Bueno para eso nos sirve este tiempo de cuaresma, cambio de actitudes y de mirada.
Gracias por tu reflexion que me ha servido mucho.

Unidos en la oracion, Teresa

Rubén dijo...

Quede fascinado por su blog... muchas gracias!!!!Bendiciones.